Obra seca: en qué consiste esta técnica y por qué está en tendencia

Reformar una casa es una decisión importante, que nos permite aumentar la funcionalidad y eficiencia de nuestra vivienda y que se convierte en la mejor opción para aumentar el valor de un piso o una casa en el mercado si queremos venderla o alquilarla. 

Reformar una casa es una decisión importante, que nos permite aumentar la funcionalidad y eficiencia de nuestra vivienda y que se convierte en la mejor opción para aumentar el valor de un piso o una casa en el mercado si queremos venderla o alquilarla. 

Crear espacios polivalentes, aportar más luz natural, conseguir mayor espacio de almacenaje, mejorar el aislamiento o renovar instalaciones son los principales motivos para hacer una reforma. 

Sin embargo, este tipo de intervención, a pesar de sus ventajas, suele llevar bastante tiempo y ser muy molesta (generación de ruidos, escombros, necesidad de tener que abandonar la casa temporalmente, etc.), lo que puede ser un inconveniente a nivel personal e incluso crear problemas con los vecinos. 

Por eso, en los últimos tiempos se habla cada vez más de la «obra seca», un tipo de reforma rápida que cada vez tiene más partidarios.

¿Qué es una obra seca?

Su nombre ya nos da algunas pistas sobre lo que significa una «obra seca».

Básicamente, se trata de un sistema de construcción que no utiliza materiales húmedos, como por ejemplo el cemento o la masilla.

Esto implica que todos los elementos pueden ser clavados, pegados o encastrados (es decir, que se montan entre sí), evitando la necesidad de picar o levantar polvo.

Con este tipo de construcción, los materiales se cortan, fabrican y ensamblan fuera del sitio y después se transportan y colocan in situ utilizando conexiones mecánicas, adhesivos, clips, fijaciones y otros métodos de unión. 

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¿Qué tipo de materiales se utiliza en una obra seca?

La construcción en obra seca es más sostenible y eficiente, y esto se debe, en parte, al uso de materiales reciclables y más ligeros.

Entre ellos, destacan: 

Yeso o pladur. Las placas de yeso o pladur son muy versátiles en las obras secas. Generalmente, se emplean para crear tabiques, armarios o estanterías, aunque también permiten cubrir paredes o techos para aislarlos. De hecho, este material, disponible en diferentes grosores, es un excelente aislante acústico, hidrófugo e ignífugo que, además, se adapta a cualquier espacio y se instala fácilmente. 

Madera. La madera es un material natural, con muchas propiedades y muy versátil. En las obras secas, se utiliza para separar estancias o revestir paredes, suelos y techos en diferentes formatos (normalmente, paneles de madera natural o tableros de fibra o de madera prensada). 

Corcho. El corcho es otro de esos materiales sostenibles que se usan en las obras secas por sus propiedades aislantes y decorativas. Actualmente, son una buena opción si quieres revestir paredes de forma original y elegante. 

Tarima flotante. La tarima flotante es un material muy común como pavimento en reformas con obra seca. Puede instalarse sobre cualquier tipo de suelo, es resistente al moho y las bacterias, aumenta el aislamiento y permite pasar cables o instalar calefacción radiante. 

Paneles metálicos de chapa. Los paneles metálicos son muy prácticos para crear superficies homogéneas. De hecho, con ellos se puede revestir cualquier superficie sin tener que retirar ningún material y sin generar escombros.

Suelos vinílicos. El suelo vinílico es un tipo de pavimento sintético que cada vez se usa más en reformas de viviendas. Está compuesto de varias capas y ofrece muchas posibilidades estéticas gracias a su gran variedad de diseños. Los suelos vinílicos son muy frecuentes en obra seca de manera rápida y limpia. 

Papeles pintados. Además de su potencial decorativo, los papeles pintados para paredes son una excelente opción para renovar cualquier estancia de la casa sin hacer una gran inversión económica. Hoy en día existen papeles pintados resistentes al agua que pueden usarse en estancias húmedas de la casa, como baños y cocinas.

Ventajas de la obra seca

Construir en seco para reformar tiene tres grandes ventajas: 

Rapidez. Al no utilizar elementos húmedos y no tener que esperar a que algunos materiales se sequen, la reforma se hace mucho más rápido: con este sistema puedes cambiar la imagen completa de una habitación en apenas dos días. Por eso, si quieres hacer una pequeña obra en poco tiempo, esta es una muy buena opción.

Limpieza. Al no generar escombros y no tener que retirar materiales, la obra seca evita picar y levantar polvo, lo que se traduce en una mayor limpieza y comodidad. En este sentido, se trata de reformas menos «intrusivas» y molestas.

Ahorro económico. Menor tiempo de ejecución, uso de materiales sostenibles y menos mano de obra (hace falta menos personal para la manipulación y colocación que en una obra convencional) se traduce en una reforma mucho más barata.

Obra seca: ¿es una buena alternativa si estoy planteándome hacer una reforma integral?

La obra seca se relaciona, fundamentalmente, con reformas sencillas, como renovar paredes, cambiar baños o cocinas, o sustituir suelos.

Optando por este tipo de construcción, se trabaja en un entorno más limpio y los habitantes de la casa pueden permanecer en ella mientras se están realizando los trabajos.

Pero, ¿qué pasa si queremos hacer una reforma integral? ¿La obra seca es una buena alternativa si tenemos que cambiar la distribución e instalaciones?

Los materiales utilizados en una obra seca son muy versátiles y pueden emplearse para hacer paredes, aislar la casa, etc.

Sin embargo, nuestra recomendación como profesionales de las reformas integrales en Valencia es valorar cada caso de manera particular.

Por otra parte, la obra seca requiere un diseño cuidadoso, una planificación detallada y una correcta selección de materiales para mejorar la seguridad, eficiencia y resistencia a largo plazo.

¡Pídenos información o presupuesto sin compromiso! 

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